30 Marzo, 2016
Durante el mes de marzo se celebra la semana internacional de la lucha
contra la endometriosis.
Coincidiendo con la semana internacional de la lucha contra
la endometriosis, desde El titular hemos considerado que era el momento oportuno para
hacerle una entrevista a una de las personas más entendidas en esta materia a
nivel mundial, nos referimos al Doctor Francisco Carmona Herrera, jefe de ginecología del Hospital Clínico
de Barcelona, centro de referencia
en España sobre el tema que hoy nos ocupa. La endometriosis es una
patología ginecológica que afecta a un gran número de mujeres, pero aun así,
sigue siendo muy desconocida para una gran mayoría.
Se calcula que entre el 25 y el 50%
de las mujeres infértiles sufren endometriosis
La endometriosis es una de las enfermedades
ginecológicas más frecuentes que existe, afecta sólo a mujeres en edad fértil y
sucede cuando el tejido endometrial crece fuera del útero, por lo que, puede
causar fuertes dolores o incluso infertilidad. Sin embargo, en algunas
ocasiones esta enfermedad es asintomática, por lo que algunas mujeres pueden
padecerla sin saberlo.
La endometriosis afecta a más de un
millón y medio de mujeres en nuestro país.
Hoy en día, no existe una remedio para dicha enfermedad, pero sí que hay
diferentes tratamientos para minimizar su impacto, ya sean analgésicos,
hormonales o incluso de cirugía, que mejoran la calidad de vida de sus
pacientes.
¿Por qué cree que la endometriosis es
una enfermedad tan desconocida, a pesar de que afecta a tantas mujeres en
España?
Es una enfermedad de género en la que
hay dos tipos de síntomas: el primero la infertilidad, hay a muchas mujeres que
les cuesta quedarse embarazadas, y en segundo lugar, el dolor menstrual durante
el ciclo. Además las mujeres de hoy en día, quizás ahora soy políticamente
incorrecto, pero tienen que ser igual que los hombres y no pueden permitirse
faltar al trabajo aunque sus dolores menstruales sean intensos, y, el ritmo de
hoy en día les obliga a que seguir con su vida diari, a pesar de su
padecimiento.
Es una enfermedad que, a pesar de ser
muy frecuente es poco conocida. Muchos médicos de cabecera e incluso
ginecólogos no se atreven a diagnosticarla si no están totalmente seguros. A lo largo de
mis años de profesión he conocido a muchas pacientes que no les habían
sabido diagnosticar el problema y psicológicamente han llegado a mi consulta
muy afectadas al no encontrar respuesta.
Los síntomas afectan a una esfera
femenina y las mujeres han aceptado que paren con dolor y que tienen el
periodo doloroso, lo aceptan como algo normal aunque no lo es. La endometriosis
tiene otro problema y es que tiene un cierto componente familiar, hay una base
genética que no es una herencia clásica, sino que son varios genes que
interaccionan. Hay familias con varias generaciones de mujeres que padecen
endometriosis, la gran mayoría ni tan siquiera ha sido diagnosticada, y,
entonces lo que a ti te pasa, le pasa a tu madre y cuando se lo comentas te dice que
es normal porque a ella también le pasaba. A partir de ese momento lo vives
como algo normal y realmente no lo es, ni lógico ni normal. Por otro lado,
aproximadamente el 15% de mujeres con endometriosis tienen formas graves y
cuando un ginecólogo opera, al no tener la formación adecuada para estos casos,
deja a esa mujer peor de como estaba, con lo cual es un pez que se muerde la
cola.
A los síntomas no les damos la importancia que tienen porque social y
culturalmente aceptamos que esos dolores son naturales. Se ve como algo normal
que las mujeres tengan intensos dolores menstruales y deban
aguantarlos sin quejarse. Desde los ginecólogos hasta la medicina no se le ha
dado la importancia adecuada a los síntomas, si una mujer te explica que tiene
mucho dolor es que lo tiene y no se les hace el caso que necesita, y por
último, cuando les hacemos el caso que necesitan, no les podemos ofrecer
el mejor servicio.
¿Cuáles son las medidas más urgentes
que deberían tomar las autoridades sanitarias respecto al problema?
Primero aumentar la concienciación y el propio conocimiento de la
enfermedad. Hay que hacer una campaña que ya hemos intentado hacer en otras
ocasiones con el ministerio, basándonos en una campaña de difusión entre la
población informando sobre la existencia de esta enfermedad y sus
síntomas. Es decir, igual que se está haciendo y me parece muy importante la
campaña en contra de la violencia de género, se podría elaborar una campaña del
tick de “no es normal”, algo así como: “si la regla te hace tanto daño,
no es normal” o “si no te puedes quedar embarazada y te cuesta, tampoco es
normal”. Lo primero es concienciar a la sociedad y a los hombres. Porque al
final, no es sólo un problema de la mujer.
Carmona nos pone un ejemplo “Si yo soy tu jefe y tú me dices que no has
venido a trabajar porque tienes la regla pensaré, vaya morro!, pero no solo el
jefe, los compañeros y todos. Por eso, debemos concienciar a la población
de que hay una enfermedad que existe y que puede ser muy invalidante para quienes
la sufren y esto hay que tenerlo en cuenta. También abogo por la concienciación
de los profesionales, que sepan que esto existe, que requiere unos cuidados
especiales, y, que hay muchas de estas pacientes que requieren ser tratadas en
centros muy específicos. Y mientras todo esto no se haga iremos cojos.
Hoy en día, ya empieza a haber cierta concienciación, pero los pacientes
no consiguen que desde sus centros los deriven a un hospital especializado, en
España actualmente contamos solo con 5 o 6 centros de este tipo. Hay ciudades
que no tienen un hospital preparado para tratar a estas mujeres y eso es un
problema que no solo afecta a la esfera puramente física en el dolor, la
reproductiva, la psicológica, sino que, también les afecta en la esfera sexual,
es decir, la relaciones sexuales son dolorosas siendo en ocasiones imposible
mantener relaciones sexuales. Si esto te ocurre con 80 años da igual, pero con
25 es un problema y lo mejor es afrontar la enfermedad.
Entonces, en este aspecto referente
al número de unidades de investigación en España ¿En qué punto estamos ahora
mismo?
Estamos creciendo pero estamos muy lejos de lo que deberíamos estar. No
hay un cálculo hecho a nivel nacional de cuál sería el número exacto, pero por
mis conocimientos y experiencia deberíamos tener al menos uno por cada millón y
medio o dos millones de mujeres, lo cual deberían ser tres o cuatro, depende de
cómo los dotes al fin y al cabo. Es un cálculo muy aproximado sin datos
exactos. Eso se tendría que regular para poder distribuir bien a los
pacientes, es lo que te comentaba antes, estamos hablando de un millón o millón
y medio de pacientes, no todas tienen la forma grave, sólo entre el 15 y el
20%, así que estamos hablando de 200.000 mujeres en edad fértil. Imagínate lo
que representa para ellas y para la sociedad. No pueden trabajar ni tener hijos
y son gastos y más gastos, eso afecta mucho en su día a día.
¿Sería necesario entonces un centro
de investigación a nivel común?
Es fundamental para una buena gestión crear una ciber red que coordine a
todos los centros de investigación, y que a su vez, también podría englobar más
enfermedades ginecológicas, con lo que mejoraríamos y modernizaríamos el
sistema, de hecho, este sistema ya se está utilizando en la actualidad con
otras enfermedades como las de corazón, oncológicas o del hígado, la pregunta
que yo haría al responsable de turno, ¿a qué estamos esperando para hacerlo con
esta dolencia?
El 12 de marzo se celebra la
Endomarch en Barcelona, usted está muy implicado en este tema. ¿En qué consiste
este proyecto?
Bueno, después de la Segunda Guerra Mundial se hizo una marcha en
Estados Unidos en la cual todo el mundo que iba daba una moneda de 10 centavos,
y con toda la gente que se reunió se recaudó muchísimo dinero. Entonces esto se
puso muy de moda, marchas para reivindicar cosas. Aquí hace unos años un grupo
de ginecólogos de Estados Unidos con mucho ímpetu y carisma impulsaron llevar a
cabo una marcha mundial para la endometriosis, ellos la hacen en Washington
pero hay sucursales en todos los países y ciudades.
Aquí en España ya hace unos años que se está haciendo y aunque es una
cosa que lideran los pacientes, los médicos que colaboramos sugerimos que no se
hiciera una en cada ciudad, sino que se hiciera una central en todo el país. Se
ha hecho dos años en Madrid y este año por primera vez en Barcelona. Se celebra
el 12 de marzo, una marcha que empieza a las 10:30 de la mañana en la Plaza de
la Merçè, irá por el casco antiguo de la ciudad hasta la Plaza de la Catedral,
y, allí en el Colegio de Arquitectos se hará un acto central donde hablarán
médicos que nos dedicamos a este tema y también tomarán la palabra pacientes.
La finalidad de esto es concienciar y hacer difusión del tema.
Se estima que el diagnóstico de la
endometriosis tarda en detectarse entre seis y ocho años. ¿Puede ser que
la falta de recursos y de ayudas sea uno de los motivos por los que hay este
retraso?
Si, pero yo creo que hay varios factores. Motivos de la paciente
restándole importancia al dolor por el motivo que sea y motivos médicos en los
que el médico no te declina al ginecólogo o te da un tratamiento que no es el
adecuado. No creo que sea un problema sólo de falta de recursos, al fin y al
cabo no hacen falta tantos, es más de concienciación. Si tú vienes y valoras tu
dolor en un ocho, pues es mucho dolor, es inaguantable. Entonces hay que
investigar qué está pasando, a veces solo escuchando a la paciente ya se puede sospechar
de esta enfermedad y de ahí, o se refiere al ginecólogo o le pones en marcha
las exploraciones que hacen falta.
No hacen falta grandes recursos porque al final son ecografías o una
resonancia, pero necesitas y, aquí sí que viene la falta de recursos, centros
especializados en este diagnóstico, recursos para poder atender a todo el
mundo, centros en cada comunidad autónoma y que sea fácil acceder para la
paciente. Y para esto sí que faltan recursos, personalmente creo que lo que
primero hace falta es concienciación de médicos y de pacientes en general sobre
que esta enfermedad existe y puede ser muy limitante. Al final hacen falta
recursos económicos pero más necesaria es la ayuda de concienciación.
Cambiando de tema, últimamente hemos
oído hablar mucho de los beneficios de la cirugía mínimamente invasiva. ¿En qué
beneficia a los pacientes?
Uno de los ejemplos es la endometriosis. Hace unos años operábamos
abriendo la barriga, yo recuerdo cuando era residente que había una máxima que
decía “grandes cirujanos, grandes incisiones”. Esto básicamente es muy malo
para el paciente. Cuanto menos agresiva sea la incisión corporal menos
trastornos ocasionas, habrá menos problemas y se recuperará con más facilidad.
Cada día se está avanzando más en la endometriosis y tenemos
comprobadísimo que la tasa de curación es la misma o mejor cuando haces una
cirugía mínimamente invasiva. Son cirugías en las que intentas hacer incisiones
pequeñas y las menos posibles.
Yo fuí el primero en España que hizo una laparoscopia de puerto
único, quiere decir que en un solo agujero en el ombligo, metes por ahí
los utensilios para trabajar y consigues hacer la histerectomía igual de bien
que si fuera una laparoscopia estándar o una cirugía abierta. En esto estamos
avanzando mucho, de hecho, a mi hay algunos residentes del hospital que se me
quejan de que acaban y no han visto hacer una histerectomía abriendo la
barriga. Para ellos quizás es una pérdida pero para los pacientes es un avance.
¿Podríamos decir que esto es la
cirugía del futuro?
Pienso que tendríamos que decir que esto es el presente, o tiene que
serlo. En el futuro vamos de cara a incisiones más pequeñas. Ahora estamos
probando materiales nuevos, por ejemplo, colocar la pinza directamente a través
de la piel.
¿Cómo lo hacemos ? En un agujero mínimo introducimos un tubo hueco, y a
través de ahí metemos la pinza.
Pues ahora estamos haciendo pinzas que simplemente se colocan a través
de la piel, por tanto, es una pinza muy fina y no haces ni incisión. Esto es
muy importante y la recuperación muy rápida.
Hablando del futuro, quizás será la NOTES (Natural Orifice Tras
Enfoscopic Surgery). Esto quiere decir que tu harás cirugía a a través de la
vagina, del recto o de la boca, sin incisión ninguna. Entrarás por uno de esos
agujeros y llegarás a la cavidad abdominal. Podremos poner, de hecho ya se ha
realizado, una cámara dentro de la barriga y dirigir desde fuera con un
joystick, viendo así lo que hay. Existen una serie de cosas que irán avanzando
a medida que lo haga la ingeniería y la robótica. Ahora tenemos lo que llamamos
un robot quirúrgico, que no es un robot sino un telemanipulador. Es decir, yo
tengo dos joysticks y desde ellos muevo las pinzas. Es mucho mas preciso y
permite la visión en 3D. La robótica ayudará incluso a que se pueda programar
la cirugía.
Ya estamos probando la realidad virtual aplicada a la cirugía. Tu puedes
tener una imagen del TAC o de la resonancia del paciente con un tumor, y
sobreponerlo en estas técnicas de realidad virtual aumentada. Sobreponerlo a lo
que tú estás viendo en la pantalla del laparoscopio, con lo cual tú ves donde
está el tumor.
También estamos haciendo técnicas de inmunoflorescencia para ver cosas
que no vemos a simple vista. Tenemos cámaras de florescencia, y de eso ya
disponemos en el hospital, que permiten que el tumor o los ganglios afectados
seas fluorescentes y tú los veas apagando un poco la luz. Hay mucha novedad. A
mi ahora me cuesta pensar en que cirugías no hacemos por laparoscopia, aunque
hay algunas. Hemos avanzado mucho y solo estamos al principio del camino.
Yo tengo compañeros que me dicen: no se como lo podéis hacer. Yo lo que
no se es como lo hacía antes. Me imagino abriendo una barriga y claro, vas
cumpliendo años y las capacidades físicas, por ejemplo, la visión disminuye
mucho. Yo ahora si no veo da igual, doy un poco más de zoom y lo veo perfecto,
antes no tenía la facilidad de ver con la precisión que veo ahora. Antes era
impensable pero no quiero pensar lo que pasaban esas mujeres. Ahora podemos
hacer cosas que antes no hacíamos, y las que hacíamos, hacerlas mejor con menos
agresión para la paciente, que al fin y al cabo es para quien trabajamos. Eso
es lo importante, hacer todo lo que sea beneficioso. Y esto debe llegar a todo
el mundo, es decir, que no hayan componentes económicos o sociales que sirvan
de barrera.
España ha avanzado mucho en los últimos 20 años con la aplicación de
estas técnicas nuevas, pero aún hay sitios que no se están aplicando, aún hay
sitios que te dicen, esto será mejor abrir. La semana pasada una paciente en la
consulta me decía que le habían dicho que tenía un mioma y que sería mejor
abriendo, le contesté: si me preguntas a mi, yo te lo haré cerrado porque lo
veo mucho mejor y me permite ser mucho más preciso y con menos riesgo de
hemorragia.
Aún no se está haciendo en todos los
casos y considero, como profesional, que es muy importante que esta
técnica se convierta en lo estándar.
Muchas mujeres jóvenes y maduras
pueden ignorar que padecen endometriosis a lo largo de su vida.
Andres
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