CANNABIS
Este
artículo está sobre el género de la planta. Para su uso como una droga
psicoactiva, véase Cannabis (droga) . Para otros usos,
véase Cannabis (desambiguación) .
Cannabis ( / k æ n Ə b ɪ s / ) es un género de planta con
flores que incluye tres especies (y
siete taxones ) [2] o subespecies , [3] sativa ,índica y rudelaris . La
planta es indígena a Asia central y
el subcontinente indio . [4]
El cannabis ha sido utilizado para el cáñamo de fibra,
de los aceites de cáñamo , con fines
medicinales , y como una droga
recreativa .Productos de cáñamo industrial están hechas de
plantas de cannabis seleccionados para producir una gran cantidad de fibra. Para satisfacer la Convención de Estupefacientes de la
ONU , algunas variedades de cannabis han sido criados para
producir niveles mínimos de tetrahidrocannabinol (THC), el principal componente
psicoactivo . Muchas plantas han sido criados
selectivamente para producir un máximo de THC ( cannabinoides ),
que se obtiene por curado de las flores. Diversos compuestos, entre
ellos el hachís y el aceite de
hachís , se extraen de la planta. [5]
¿Cómo ayudan el cannabis y los cannabinoides en el tratamiento de la
endometriosis?
Como ya
hemos explicado, la endometriosis es una enfermedad crónica y todavía no existe
una cura. Disponemos de numerosas evidencias médicas y científicas que
demuestran que los
cannabinoides que contiene la planta del cannabis (los
fitocannabinoides) pueden aliviar la mayoría de los síntomas producidos por la
endometriosis, tales como el dolor, la depresión, el dolor de cabeza,
hipoglucemia, ansiedad, fatiga, fiebre, inflamación, y muchos otros.
Propiedades antiinflamatorias e
inmunoreguladoras
Son muchas
las pacientes que afirman haberse beneficiado del consumo de cannabis durante
las crisis de determinadas enfermedades de carácter inflamatorio, especialmente
si cursan con un componente autoinmune. Parece ser que, en estos casos, el cannabis no
sólo actuaría como analgésico, sino además mediante una acción antiinflamatoria
demostrada hasta ahora en varios estudios de experimentación
sobre animales.
Se cree
que tanto los antagonistas, como el CBD, y los agonistas, tales como el THC y
el agonista endógeno 2-AG, disminuyen la inflamación al inhibir la función de
los macrófagos, que son células blancas de la sangre de gran tamaño y
especializadas, esenciales para diferentes respuestas inmunes.
Las
investigaciones indican que el cannabidiol
(CBD), el componente no psicoactivo del cannabis, es responsable de
la reducción en la inflamación asociada con estados inflamatorios crónicos,
como demostraron en un estudio de 2004
investigadores italianos de la Universidad de Milán-Bicocca. En el
caso de la endometriosis, las células que recubren el útero (endometrio) están
presentes fuera de él y pueden sangrar liberando mediadores inflamatorios y
causando dolor localmente. Con la administración del cannabidiol, se produce
una gran mejora en
la calidad de vida de las pacientes porque pueden controlar el
dolor, e incluso dejar de tomar cualquier otro medicamento por completo.
Propiedades analgésicas
El
cannabis se utiliza ampliamente en el tratamiento del dolor crónico resultante
de un amplio número de enfermedades diferentes. Quizás sea laaplicación terapéutica de
la marihuana a la que se ha hecho mayor referencia a lo largo de los siglos,
desde su aparición en la primera farmacopea del emperador Shen Nung (3750 a.
C.) hasta las referencias del uso que hacia de ella la Reina Victoria en el
siglo XIX, recetada por su médico personal, que le prescribió una tintura de
cannabis para los dolores y calambres menstruales (dismenorrea) que la Reina
Victoria padecía. También durante ese mismo siglo, antes de la comercialización
de los derivados del opio, se consideraba uno de los medicamentos más valiosos.
El
cannabis se utiliza ampliamente en el tratamiento del dolor crónico resultante
de un amplio número de enfermedades diferentes (©Steven Schwartz)
Investigadores
de la Universidad Estatal de Florida en Tallahassee (EE.UU.) han estudiado el papel del
sistema cannabinoide endógeno en el dolor asociado a la endometriosis.
Usando un modelo de rata, descubrieron que los agonistas de los receptores CB1
disminuyen la hiperestesia asociada a la endometriosis, mientras que los
antagonistas de dichos receptores la aumentan. Bloquear los receptores CB1
aumentaba la sensibilidad al dolor, al mismo tiempo que estimularlos la
reducía. Los autores de este estudio concluyeron que el sistema
endocannabinoide desempeña un papel en el desarrollo de los crecimientos
anormales y el dolor relacionados con la endometriosis, lo que sugiere que los
cannabinoides podrían proporcionar “un nuevo enfoque para el desarrollo de
nuevos tratamientos del dolor en la endometriosis necesarios con urgencia”.
Controla el crecimiento
celular
Los
cannabinoides también poseen propiedades que se pueden utilizar para controlar
otro de los aspectos principales de la endometriosis severa: la
hiperproliferación. Debido a su implicación en la proliferación, la apoptosis y
la angiogénesis, los cannabinoides controlan el crecimiento celular y regulan la
migración celular. Sus efectos antiproliferativos son el resultado
de la inhibición de los factores de crecimiento y de la desregulación de las
rutas de señalización. Estos mecanismos han sugerido nuevos objetivos en el
tratamiento de la endometriosis, ya que las células endometriales tienen un
fenotipo hiperproliferativo y propiedades pro-angiogénicas.
Cannabigerol,
unos de los cannabinoides del cannabis (©MarihuanayMedicina)
Investigadores
de diferentes instituciones de París, Francia, realizaron un estudio en 2010 en
el que demostraron que los cannabinoides reducen el crecimiento del tejido
endometrial humano implantado en ratones, y llegaron a la conclusión de que “los agonistas
cannabinoides ejercen efectos antiproliferativos de las células del estroma del
endometrio.”
Endometriosis y el
sistema endocannabinoide (SEC)
Los endocannabinoides
son los cannabinoides naturales endógenos producidos por el propio cuerpo
humano, que aseguran diferentes funciones biológicas y activan los receptores
cannabinoides (CB1 y CB2). Debido a la importancia del sistema
endocannabionoide, a día de hoy se considera a los fármacos que pueden
interferir en la actividad de los endocannabinoides como candidatos para el
tratamiento de diversas enfermedades, entre ellas la endometriosis.
Muchos de
los componentes del
sistema endocannabinoide se encuentran en el tejido endometrial y
sus niveles están regulados por el ciclo menstrual, como se ha podido comprobar
en modelos de roedores con la enfermedad. Entre dichos componentes se incluyen
los receptores cannabinoides tipo 1 y tipo 2 (CB1 y CB2), N-acil
fosfatidiletanolamina fosfolipasa D (NAPE-PLD), una enzima que sintetiza los
endocannabinoides, y la amida hidrolasa de ácidos grasos (FAAH), una enzima que
descompone los endocannabinoides. La concentración más alta del
endocannabinioide anandamida (AEA) en el sistema reproductivo se encuentra en
el útero.
En un estudio reciente,
al que no hemos referido antes, en el que se utilizó un modelo de rata, se
descubrió que los receptores cannabinoides CB1 se expresan tanto en la somata
como en las fibras de las neuronas sensoriales y simpáticas que inervan los
crecimientos anormales de la endometriosis. Además se averiguó que los
agonistas del receptor CB1 disminuyen la hiperalgesia asociada a la
endometriosis, mientras que los antagonistas de los receptores CB1 la aumentan.
En conjunto, estos descubrimientos sugieren que el sistema endocannabinoide
contribuye a los mecanismos que subyacen a la inervación periférica de los
crecimientos anormales y el dolor asociado con la endometriosis, proporcionando
de ese modo un enfoque novedoso para el desarrollo de nuevos tratamientos muy
necesarios.
Así pues,
queda claro que la endometriosis está relacionada con la deficiencia endocannabinoide (DEC).
Las mujeres con endometriosis tienen niveles más bajos de receptores CB1 en el
tejido endometrial. La reducción de la función del SEC conduce al crecimiento
de la endometriosis en todo el cuerpo y a sentir mayor dolor, y el dolor de la
endometriosis es mediado a través del receptor CB1.
Se ha
demostrado que las células
endometriales humanas proliferaban (se dividían y crecían)
menos cuando se las estimulaba con un cannabinoide sintético llamado WIN
55212-2. Los estudios sobre la endometriosis realizados en roedores han
descubierto que los animales tenían más dolor cuando se les trataba con AM251,
un fármaco que inhibe los receptores cannabinoides, y menos dolor cuando se les
trataba con WIN 55212-2.
Asimismo,
se han relacionado las
toxinas ambientales, como la dioxina, con la deficiencia endocannabinoide y la endometriosis.
La dioxina disminuye los niveles de CB1 en el tejido endometrial. Como estamos
sometidos a la contaminación en el aire, el agua, y en la alimentación no es de
extrañar que tantas mujeres en los países desarrollados ahora tengan
endometriosis severa. Es muy probable que, en el futuro, se relacione a más
toxinas con el riesgo de endometriosis, así como con la deficiencia
endocannabinoide.
Es necesario seguir investigando
Resulta
imprescindible investigar más profundamente los niveles de endocannabinoides en
las mujeres para poder determinar si son menores en el plasma o en las células
endometriales de las mujeres con endometriosis, o para saber si los niveles de
endocannabinoides cambian a lo largo del ciclo menstrual del ser humano como
ocurre en los roedores. De este modo, podríamos determinar de forma precisa si
las mujeres que usan terapias con cannabinoides experimentan menos dolor y la
disminución del crecimiento endometrial, o si las mujeres que consumen cannabis
tienen menos probabilidades de desarrollar endometriosis, como indican muchos
de los estudios realizados hasta ahora.
Muchos
estudios indican que la mujeres que sufren endometriosis se benefician de las
terapias con cannabinoides o del consumo de cannabis (©Steven Schwartz)
Como
explicábamos anteriormente, de momento resulta muy complicado diagnosticar esta
enfermedad, por lo que un sencillo biomarcador (marcador biológico) de la
endometriosis, como un nivel reducido de endocannabinoides en la sangre o en
los tejidos endometriales, podría ahorrar millones a los sistemas de salud de
todo el mundo y años de dolor innecesario a los 176 millones de mujeres que
padecen esta enfermedad.
Andres
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