Comentarios de la vida

martes, 9 de agosto de 2016

CANNABIS Y ENDOMETRIOSIS, LA ENFERMEDAD DEL SILENCIO


CANNABIS
Este artículo está sobre el género de la planta. Para su uso como una droga psicoactiva, véase Cannabis (droga) . Para otros usos, véase Cannabis (desambiguación) .
Cannabis ( / k æ n Ə b ɪ s / ) es un género de planta con flores que incluye tres especies (y siete taxones ) [2] o subespecies , [3] sativa ,índica y rudelaris . La planta es indígena a Asia central y el subcontinente indio . [4]
El cannabis ha sido utilizado para el cáñamo de fibra, de los aceites de cáñamo , con fines medicinales , y como una droga recreativa .Productos de cáñamo industrial están hechas de plantas de cannabis seleccionados para producir una gran cantidad de fibra. Para satisfacer la Convención de Estupefacientes de la ONU , algunas variedades de cannabis han sido criados para producir niveles mínimos de tetrahidrocannabinol (THC), el principal componente psicoactivo . Muchas plantas han sido criados selectivamente para producir un máximo de THC ( cannabinoides ), que se obtiene por curado de las flores. Diversos compuestos, entre ellos el hachís y el aceite de hachís , se extraen de la planta. [5]

¿Cómo ayudan el cannabis y los cannabinoides en el tratamiento de la endometriosis?
Como ya hemos explicado, la endometriosis es una enfermedad crónica y todavía no existe una cura. Disponemos de numerosas evidencias médicas y científicas que demuestran que los cannabinoides que contiene la planta del cannabis (los fitocannabinoides) pueden aliviar la mayoría de los síntomas producidos por la endometriosis, tales como el dolor, la depresión, el dolor de cabeza, hipoglucemia, ansiedad, fatiga, fiebre, inflamación, y muchos otros.
Propiedades antiinflamatorias e inmunoreguladoras
Son muchas las pacientes que afirman haberse beneficiado del consumo de cannabis durante las crisis de determinadas enfermedades de carácter inflamatorio, especialmente si cursan con un componente autoinmune. Parece ser que, en estos casos, el cannabis no sólo actuaría como analgésico, sino además mediante una acción antiinflamatoria demostrada hasta ahora en varios estudios de experimentación sobre animales.
Se cree que tanto los antagonistas, como el CBD, y los agonistas, tales como el THC y el agonista endógeno 2-AG, disminuyen la inflamación al inhibir la función de los macrófagos, que son células blancas de la sangre de gran tamaño y especializadas, esenciales para diferentes respuestas inmunes.
Las investigaciones indican que el cannabidiol (CBD), el componente no psicoactivo del cannabis, es responsable de la reducción en la inflamación asociada con estados inflamatorios crónicos, como demostraron en un estudio de 2004 investigadores italianos de la Universidad de Milán-Bicocca. En el caso de la endometriosis, las células que recubren el útero (endometrio) están presentes fuera de él y pueden sangrar liberando mediadores inflamatorios y causando dolor localmente. Con la administración del cannabidiol, se produce una gran mejora en la calidad de vida de las pacientes porque pueden controlar el dolor, e incluso dejar de tomar cualquier otro medicamento por completo.
Propiedades analgésicas
El cannabis se utiliza ampliamente en el tratamiento del dolor crónico resultante de un amplio número de enfermedades diferentes. Quizás sea laaplicación terapéutica de la marihuana a la que se ha hecho mayor referencia a lo largo de los siglos, desde su aparición en la primera farmacopea del emperador Shen Nung (3750 a. C.) hasta las referencias del uso que hacia de ella la Reina Victoria en el siglo XIX, recetada por su médico personal, que le prescribió una tintura de cannabis para los dolores y calambres menstruales (dismenorrea) que la Reina Victoria padecía. También durante ese mismo siglo, antes de la comercialización de los derivados del opio, se consideraba uno de los medicamentos más valiosos.

El cannabis se utiliza ampliamente en el tratamiento del dolor crónico resultante de un amplio número de enfermedades diferentes (©Steven Schwartz)

Investigadores de la Universidad Estatal de Florida en Tallahassee (EE.UU.) han estudiado el papel del sistema cannabinoide endógeno en el dolor asociado a la endometriosis. Usando un modelo de rata, descubrieron que los agonistas de los receptores CB1 disminuyen la hiperestesia asociada a la endometriosis, mientras que los antagonistas de dichos receptores la aumentan. Bloquear los receptores CB1 aumentaba la sensibilidad al dolor, al mismo tiempo que estimularlos la reducía. Los autores de este estudio concluyeron que el sistema endocannabinoide desempeña un papel en el desarrollo de los crecimientos anormales y el dolor relacionados con la endometriosis, lo que sugiere que los cannabinoides podrían proporcionar “un nuevo enfoque para el desarrollo de nuevos tratamientos del dolor en la endometriosis necesarios con urgencia”.
Controla el crecimiento celular
Los cannabinoides también poseen propiedades que se pueden utilizar para controlar otro de  los aspectos principales de la endometriosis severa: la hiperproliferación. Debido a su implicación en la proliferación, la apoptosis y la angiogénesis, los cannabinoides controlan el crecimiento celular y regulan la migración celular. Sus efectos antiproliferativos son el resultado de la inhibición de los factores de crecimiento y de la desregulación de las rutas de señalización. Estos mecanismos han sugerido nuevos objetivos en el tratamiento de la endometriosis, ya que las células endometriales tienen un fenotipo hiperproliferativo y propiedades pro-angiogénicas.

Cannabigerol, unos de los cannabinoides del cannabis (©MarihuanayMedicina)

Investigadores de diferentes instituciones de París, Francia, realizaron un estudio en 2010 en el que demostraron que los cannabinoides reducen el crecimiento del tejido endometrial humano implantado en ratones, y llegaron a la conclusión de que “los agonistas cannabinoides ejercen efectos antiproliferativos de las células del estroma del endometrio.”
Endometriosis y el sistema endocannabinoide (SEC)
Los endocannabinoides son los cannabinoides naturales endógenos producidos por el propio cuerpo humano, que aseguran diferentes funciones biológicas y activan los receptores cannabinoides (CB1 y CB2). Debido a la importancia del sistema endocannabionoide, a día de hoy se considera a los fármacos que pueden interferir en la actividad de los endocannabinoides como candidatos para el tratamiento de diversas enfermedades, entre ellas la endometriosis.
Muchos de los componentes del sistema endocannabinoide se encuentran en el tejido endometrial y sus niveles están regulados por el ciclo menstrual, como se ha podido comprobar en modelos de roedores con la enfermedad. Entre dichos componentes se incluyen los receptores cannabinoides tipo 1 y tipo 2 (CB1 y CB2), N-acil fosfatidiletanolamina fosfolipasa D (NAPE-PLD), una enzima que sintetiza los endocannabinoides, y la amida hidrolasa de ácidos grasos (FAAH), una enzima que descompone los endocannabinoides. La concentración más alta del endocannabinioide anandamida (AEA) en el sistema reproductivo se encuentra en el útero.
En un estudio reciente, al que no hemos referido antes, en el que se utilizó un modelo de rata, se descubrió que los receptores cannabinoides CB1 se expresan tanto en la somata como en las fibras de las neuronas sensoriales y simpáticas que inervan los crecimientos anormales de la endometriosis. Además se averiguó que los agonistas del receptor CB1 disminuyen la hiperalgesia asociada a la endometriosis, mientras que los antagonistas de los receptores CB1 la aumentan. En conjunto, estos descubrimientos sugieren que el sistema endocannabinoide contribuye a los mecanismos que subyacen a la inervación periférica de los crecimientos anormales y el dolor asociado con la endometriosis, proporcionando de ese modo un enfoque novedoso para el desarrollo de nuevos tratamientos muy necesarios.
Así pues, queda claro que la endometriosis está relacionada con la deficiencia endocannabinoide (DEC). Las mujeres con endometriosis tienen niveles más bajos de receptores CB1 en el tejido endometrial. La reducción de la función del SEC conduce al crecimiento de la endometriosis en todo el cuerpo y a sentir mayor dolor, y el dolor de la endometriosis es mediado a través del receptor CB1.
Se ha demostrado que las células endometriales humanas proliferaban (se dividían y crecían) menos cuando se las estimulaba con un cannabinoide sintético llamado WIN 55212-2. Los estudios sobre la endometriosis realizados en roedores han descubierto que los animales tenían más dolor cuando se les trataba con AM251, un fármaco que inhibe los receptores cannabinoides, y menos dolor cuando se les trataba con WIN 55212-2.
Asimismo, se han relacionado las toxinas ambientales, como la dioxina, con la deficiencia endocannabinoide  y la endometriosis. La dioxina disminuye los niveles de CB1 en el tejido endometrial. Como estamos sometidos a la contaminación en el aire, el agua, y en la alimentación no es de extrañar que tantas mujeres en los países desarrollados ahora tengan endometriosis severa. Es muy probable que, en el futuro, se relacione a más toxinas con el riesgo de endometriosis, así como con la deficiencia endocannabinoide.
Es necesario seguir investigando
Resulta imprescindible investigar más profundamente los niveles de endocannabinoides en las mujeres para poder determinar si son menores en el plasma o en las células endometriales de las mujeres con endometriosis, o para saber si los niveles de endocannabinoides cambian a lo largo del ciclo menstrual del ser humano como ocurre en los roedores. De este modo, podríamos determinar de forma precisa si las mujeres que usan terapias con cannabinoides experimentan menos dolor y la disminución del crecimiento endometrial, o si las mujeres que consumen cannabis tienen menos probabilidades de desarrollar endometriosis, como indican muchos de los estudios realizados hasta ahora.


Muchos estudios indican que la mujeres que sufren endometriosis se benefician de las terapias con cannabinoides o del consumo de cannabis (©Steven Schwartz)


Como explicábamos anteriormente, de momento resulta muy complicado diagnosticar esta enfermedad, por lo que un sencillo biomarcador (marcador biológico) de la endometriosis, como un nivel reducido de endocannabinoides en la sangre o en los tejidos endometriales, podría ahorrar millones a los sistemas de salud de todo el mundo y años de dolor innecesario a los 176 millones de mujeres que padecen esta enfermedad.
Andres

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